miércoles, 30 de octubre de 2013

¡Feliz día de Todos los Santos!

Jesús nos dijo que su Padre tiene un lugar en el cielo para todos los que creen en su Hijo.

¿Por qué no vamos al cole el día 1 de Noviembre?

·  Durante todo el año celebramos la fiesta de muchos santos famosos. Pero la Iglesia ha querido recordar que en el cielo hay muchísimos santos que no cabrían en el calendario.
·  Por eso nos regala esta fiesta de Todos los Santos que abarca a todas las personas que ya están en el cielo. Multitudes de santos desconocidos por nosotros pero amadísimos por Dios. Entre ellos familiares nuestros, amigos, vecinos...

¿Qué es esa fiesta?

 La fiesta de Todos los Santos no es solamente para recordar a las personas que están en el cielo, sino también una invitación a ser santos y poder vivir un día en el cielo junto a Dios y nuestros familiares.

¿Cómo se celebra?

· Durante los días precedentes se realizan frecuentes visitas a los cementerios con el objeto de limpiarlos y adornarlos con todo tipo de flores , especialmente con crisantemos.
· La visita a los cementerios se realiza el 1 de noviembre. Es un rito de recuerdo y homenaje a los antepasados.
· En todas las iglesias se ofician misas en memoria de los seres queridos.

· Se encienden velas durante toda la noche y el cementerio permanece abierto. Ninguna tumba queda desprovista de luz y flores.
. También comemos dulces especiales estos días como los buñuelos, los huesos de santo o los panellets.
Dice el Papa Francisco:
Los santos no son superhombres, ni han nacido perfectos. Son como nosotros, como cada uno de nosotros, son personas que antes de alcanzar la gloria del cielo han vivido una vida normal, con alegrías y dolores, fatigas y esperanzas.
Pero ¿qué les ha cambiado su vida? El amor de Dios, lo han seguido con todo el corazón, sin condiciones ni hipocresías. Han empleado su vida al servicio de los otros, han soportado el sufrimiento y adversidades sin odiar y respondiendo al mal con bien, difundiendo alegría y paz. Esta es la vía de los santos: personas que por amor de Dios en su vida no le han puesto condiciones a él; no han sido hipócritas, han empleado su vida para servir al prójimo, han sufrido tantas adversidades pero sin odiar.
Los santo son hombres y mujeres que tienen la alegría en el corazón y la transmiten a los otros.
Ser santos no es un privilegio de pocos, todos nosotros en el bautismo hemos recibido la herencia que nos permite ser santos. La santidad es una vocación para todos. Todos por lo tanto estamos llamados a caminar en el camino de la santidad y este camino tiene un nombre y un rostro: el rostro de Jesucristo.
Él nos enseña a volvernos santos. Él en el evangelio nos muestra el camino: el de las bienaventuranzas. El reino de los cielos, de hecho es para quienes no pone su seguridad en las cosas sino en el amor de Dios; para quienes tiene un corazón simple, humilde, no presumen de ser justos y no juzgan a los otros. Quienes saben sufrir con quien sufre y alegrarse con quien se alegra, no son violentos pero misericordiosos y tratan de ser operarios de reconciliación y de paz. El santo, la santa es artífice de reconciliación y de paz; ayuda siempre a la gente a reconciliarse y ayuda siempre para que haya paz. ¡Es así de linda la santidad; es un hermoso camino!
Hoy, en esta fiesta, los santos nos dan un mensaje. Nos dicen: ¡tengan confianza en el Señor, porque el Señor no desilusiona! No desilusiona nunca, es un buen amigo a nuestro lado. Con su testimonio los santos nos alientan a no tener miedo de ir contracorriente o de ser incomprendidos o ser ridiculizados cuando hablamos de él y del evangelio.

Nos demuestran con su vida que quien es fiel a Dios y a su palabra experimenta ya en esta tierra la calidez de su amor y después el 'ciento' en la eternidad. Esto es lo que esperamos y le pedimos al Señor para nuestros hermanos y hermanas difuntos. Con sabiduría la Iglesia puso en secuencia la fiesta de Todos los Santos y la conmemoración de todos los fieles difuntos. A nuestra oración de alabanza a Dios y de veneración de los espíritus beatos se une la oración de sufragio por cuantos nos precedieron en el paso de este mundo a la vida eterna.
Ángelus 1 /11/13

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