
Los mitos y las leyendas infantiles, como la leyenda de San Jorge y el Dragón para niños, son relatos apasionantes que entusiasman a los niños y les ayudan a desarrollar la imaginación y la creatividad. La mayoría de leyendas y fábulas para niños tienen un trasfondo educativo, con o sin moraleja todas muestran valores y actitudes buenas que dignifican al hombre y le hacen mejor. Esta es la leyenda de San Jorge y el Dragón para niños:
“Todo ocurrió hace ya mucho tiempo en una ciudad en el Reino de Aragón, sus habitantes estaban tristes porque en una cueva, a las afueras de la ciudad, vivía un gran dragón que les tenía atemorizados. El dragón, que siempre estaba hambriento, se acercaba a la ciudad en la que hacía grandes destrozos y se comía todo lo que encontraba por delante. Las llamas de fuego que salían de su boca quemaban las cosechas y con su enorme cola destrozaba casas y animales.
El Rey, cansado ya de esta situación, decidió hacer un trato con el dragón: si el dragón dejaba la ciudad en paz la gente se comprometía a darle de comer una oveja cada día. El dragón aceptó el trato y a partir de ese mismo día así lo hicieron.
Resultó que con el tiempo las ovejas se iban acabando, y un día, el rey pensó que si no le dejaban ninguna oveja, no pasaría nada… pero sí que pasó!
El Dragón se presentó en la ciudad rompiéndolo todo y le dijo al Rey: Hicimos un trato y tú lo has roto, de ahora en adelante se hará como yo diga. Quiero comerme una muchacha cada día, y si no se hace así, destruiré esta ciudad y no dejaré ni rastro de ella.
La gente pensó que no podían darle a sus muchachas, aunque si no lo hacían, de todas formas, iban a morir todos. Así que después de mucho pensar, decidieron hacerlo por sorteo entre todas las muchachas, le tocase a quien le tocase.
El Rey, cansado ya de esta situación, decidió hacer un trato con el dragón: si el dragón dejaba la ciudad en paz la gente se comprometía a darle de comer una oveja cada día. El dragón aceptó el trato y a partir de ese mismo día así lo hicieron.
Resultó que con el tiempo las ovejas se iban acabando, y un día, el rey pensó que si no le dejaban ninguna oveja, no pasaría nada… pero sí que pasó!
El Dragón se presentó en la ciudad rompiéndolo todo y le dijo al Rey: Hicimos un trato y tú lo has roto, de ahora en adelante se hará como yo diga. Quiero comerme una muchacha cada día, y si no se hace así, destruiré esta ciudad y no dejaré ni rastro de ella.
La gente pensó que no podían darle a sus muchachas, aunque si no lo hacían, de todas formas, iban a morir todos. Así que después de mucho pensar, decidieron hacerlo por sorteo entre todas las muchachas, le tocase a quien le tocase.

Por el camino se encontró con un caballero de armadura blanca y brillante lanza que le dijo cuando pasó:
- ¿A dónde vas bella muchacha?
- Voy a cumplir con mi pueblo, el dragón ha de comérseme.
- Eso no puede ser, princesa. Yo te salvaré, a ti y a todo el reino.
Y el caballero, de nombre Jorge, salió hacia la cueva del dragón donde le retó. Tras una gran batalla le clavó su blanca lanza en el pecho y lo mató. Donde cayó la sangre derramada por el dragón brotó un rosal que daba rosas todo el año.
Desde entonces, San Jorge es el patrón de Aragón y protege a la gente de limpio corazón.”
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